El trabajo de cuidado se ha convertido en una prioridad para los países en los últimos años, ya que abarca desde el cuidado emocional, físico, mental y social propio y el de personas del hogar y/o la comunidad hasta las labores de mantenimiento de la vivienda y el entorno. Generalmente es un trabajo invisibilizado y ha sido tradicionalmente atribuido como una labor femenina debido a normas y roles asociados al sexo y al género. De hecho, en las principales ciudades de Colombia se vienen diseñando e implementado sistemas distritales de cuidado que buscan aliviar parte de esta responsabilidad que asumen principalmente las mujeres. Para el caso de Cali, esta política busca fortalecer la disponibilidad de servicios de cuidado, promover la igualdad de oportunidades y asegurar el bienestar diario de quienes realizan trabajo de cuidado remunerado y no remunerado. Sin embargo, a pesar de su importancia y avances, éste continúa siendo un proceso incipiente que requiere de acciones articuladas con todos los sectores económicos.
En este contexto, en el 2022 la Fundación WWB Colombia[1], junto con el Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM-ICESI) realizaron la Encuesta de Emprendimientos en Contextos Vulnerables (EECV). El objetivo fue caracterizar a las y los emprendedores desde una perspectiva de género e interseccional. Se analizó cómo las responsabilidades familiares, domésticas y el entorno afectan sus negocios en áreas urbanas. La encuesta contó con una muestra representativa para la zona urbana de la ciudad.
A partir de los datos recolectados en la EECV, en colaboración con el Proyecto Digna, Trabajo y Género de la Universidad de los Andes, se profundizó en el impacto del trabajo de cuidado no remunerado en los emprendimientos, mediante la creación de un índice para medir esta carga. Este índice se construyó a partir de cuatro preguntas: tres relacionadas con responsabilidades de cuidado[2] y una que recoge la carga de cuidado en horas[3]. Dicho índice plantea una escala de 0 a 100, donde una persona con mayores responsabilidades de trabajo no remunerado alcanzaría un valor de 100.
Entre los hallazgos más destacados se encontró que:
Las mujeres presentan el doble de intensidad de trabajo de cuidado no remunerado que los hombres: mientras ellas alcanzan 31,9 puntos, los hombres tienen 15,2. Esta diferencia se sostiene en las diferentes etapas del ciclo de vida de las personas.
La creación de emprendimientos está vinculada a altas cargas de cuidado. Aquellas personas que experimentan una intensidad mayor en el trabajo de cuidado no remunerado tienden a emprender a edades más tempranas.
La ubicación de los emprendimientos varía según el índice de trabajo de cuidado no remunerado, encontrándose diferencias significativas por género. Para las mujeres, la concentración de emprendimientos en su vivienda alcanza el 57%, en comparación con el 35% de los hombres. Además, el 58% de las mujeres que tienen sus negocios en sus viviendas señalan que lo hacen para estar pendientes de los oficios del hogar y el cuidado de personas, en contraste con el 31% de los hombres.
El tiempo dedicado al negocio en horas es muy similar entre hombres y mujeres. Sin embargo, los negocios dirigidos por mujeres obtienen un promedio 30,7% de menos ingresos en ventas que los negocios a cargo de hombres.
Al analizar la brecha de ingresos por ventas entre hombres y mujeres, se observa que esta es significativamente mayor para los negocios ubicados en la vivienda, alcanzando un 36.9%, mientras que la brecha entre negocios en un local es del 13.6%.
Solo el 27% de los hombres y el 22% de mujeres emprendedoras se encuentran cotizando a pensión.
Los hallazgos muestran que las mujeres emprendedoras enfrentan un panorama complejo debido a las responsabilidades en sus hogares y la necesidad de generar ingresos para sostener a sus familias. El trabajo de cuidado no remunerado limita sus oportunidades y les obliga a asumir múltiples roles, afectando su desarrollo profesional y la escalabilidad de sus negocios.
Así, los efectos de esta doble presencia femenina devela una incidencia directa en la capacidad de las mujeres para participar en actividades remuneradas, su desempeño en los emprendimientos, su crecimiento y desarrollo personal, ya que supone una sobrecarga considerable en términos mentales, de tiempo y esfuerzo diario. También se pone de manifiesto una situación alarmante en cuanto al derecho al cuidado y al autocuidado de las emprendedoras, dado que menos de un tercio de ellas están realizando aportes a la pensión, lo que afectaría su protección económica y su posibilidad de tener una vida digna en su vejez.
Por estas razones, proponemos varias acciones clave. Primero, necesitamos estrategias que faciliten renegociar las responsabilidades de cuidado en los emprendimientos. Segundo, debemos promover medidas que reduzcan la carga de trabajo no remunerado en los hogares de las emprendedoras. Y tercero, es crucial desarrollar estrategias de empleabilidad y fomento empresarial con un enfoque de género, especialmente dirigidas a mujeres jóvenes.
Estas iniciativas deben apoyarse en alianzas entre el sector público, privado, académico y organizaciones comunitarias. Es vital llevar este tema a la agenda pública y avanzar hacia la implementación de un sistema de cuidado distrital en la ciudad. Además, es necesario desafiar y cambiar los estereotipos de género relacionados con la división del trabajo y brindar un mayor apoyo a las mujeres emprendedoras del país.
[1] La Fundación WWB Colombia es una organización autónoma e independiente, que lleva más de 40 años trabajando para cerrar brechas de desigualdad para las mujeres y promover su participación activa en el desarrollo económico en Colombia.
[2] Las preguntas fueron: ¿Quién es la persona responsable por alimentar y asear a ese niño o niños?, ¿quién es la persona responsable de ayudar a ese niño o niños en sus tareas escolares y acompañarlos en sus actividades recreativas?, ¿quién es la persona responsable del cuidado de esa persona, es decir, alimentación, aseo, suministro de medicamentos y demás?
[3] ¿Usted generalmente cuántas horas al día dedica a hacer los oficios del hogar, como limpiar, cocinar, lavar, recoger y tratar agua, dar alimentos, dar medicamentos y demás, y/o cuidar personas de su hogar (niños, adultos mayores, personas enfermas)?
*La escritura de este blog fue posible gracias al trabajo del Equipo de Investigación de la Fundación WWB Colombia.
Sobre la escritora
Soraya Husain Talero
Directora de investigación de la Fundación WWB Colombia, con más de 10 años de experiencia realizando investigación en temas relacionados con género, emprendimiento, liderazgo y derechos humanos. Doctora en Antropología de la Universidad de los Andes, MA en Antropología (Universidad de los Andes), MSc en Métodos de Investigación Social (City University of London) y profesional en Administración de Empresas y Antropología (University of Surrey).
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